Carta #5
Juicios I - Cómo pasé de odiar a amar los juicios
Hace un tiempo ya que quiero escribirte esta carta sobre los juicios. Lo voy a hacer en dos cartas (de momento) para que esta no sea demasiado larga.
Son cosas que me han cambiado la vida en mi forma de ser facilitadora, formadora y persona humana (ojo, no lo consigo siempre, ni menos - obviamente - pero cuando lo consigo, ¡vaya qué placer y qué felicidad!).
Al lío.
Los juicios.
¡Ah! Qué desagradables en la vida o sencillamente en una reunión.
¿Qué haces tú con ellos?
Quiero contarte cómo han pasado de ser para mi algo que rechazaba a algo que agradezco hoy.
Cuando facilito una sesión de co-creación o una reunión de trabajo en la cual necesito que la gente utilice su creatividad, propongo un marco de relación específico.
Por marco de relación quiero decir unas reglas del juego que propongo al grupo en la sesión para facilitar una relación humana sana, constructiva y creativa.
(Paréntesis publicitario - por cierto, si te interesa este tema, profundizar sobre el marco de relación, te propongo un taller monográfico online.)
Seguramente has escuchado alguna vez o has leído en algún sitio que:
“Los juicios son malos para la creatividad”
o “hay que diferir el juicio”
u otras cosas del estilo.
Y si no es el caso, seguramente tengas tu propia reflexión sobre lo que aportan o quitan los juicios de la gente en una reunión o sesión de trabajo participativo / colaborativo / co-creación.
Últimamente le he dado varias vueltas a esto y ya no me encaja al cien por cien este planteamiento. Le falta algo.
¿Son realmente malos los juicios?
¿Para qué sirven?
¿Por qué aparecen?
¿Por qué juzgo lo que dicen los demás?
¿Por qué juzgo mis propias ideas, reflexiones o aportaciones? (y seguro que tú también lo haces)
¿Para qué sirven si en general nos duelen, frenan el flow creativo, hacen que la gente deje de hablar o compartir cosas honestamente?
Quiero pararme aquí e invitarte a reflexionar sobre esto:
¿Realmente los juicios son una mierda? (y disculpa mi francés aquí)
Lo que sigue es importante porque sea lo que sea que hagamos, propongamos o no un marco de relación chulo y potente (de nuevo, si quieres hay Monográfico y más cartas del tema),
los juicios van a aparecer.
Sí o sí.
C’est la vie.
En general llevamos mal que juzguen nuestras ideas o aportaciones.
Si eres una persona “normal” que digamos.
Y tus propios juicios hacia tus ideas (y reflexiones) en general te frenan, te bloquean, te hacen cerrar la boca, no participar.
En resumen,
- los juicios parecen una mierda para la creatividad colectiva e individual,
- frenan la participación,
- puedes aprender a diferir el juicio y enseñarlo, hacer músculo con esto,
- aún así, los juicios siempre aparecerán.
Entonces ¿qué hacer?
Primero, y aunque te parezca contra-intuitivo, te puedes dar cuenta de que a pesar de ser “una mierda”, los juicios tienen una intención de “abono”.
Claro.
¿Por qué emitimos juicios y críticas? ¿Por qué evaluamos?
Porque queremos que el proyecto sea un éxito.
Porque nuestra mente quiere estar segura de que hemos abordado todos los riesgos, las debilidades, los aspectos negativos de una idea o de un plan.
En realidad cuando tú, yo, nosotras y nosotros, juzgamos en el fondo lo que buscamos es contribuir.
Contribuir.
Esto es esencial tenerlo en mente.
Es esencial para tu postura y tu actitud en una reunión, o sesión de co-creación, o proyecto.
Tanto si facilitas como si participas.
Al ser consciente de ello, te puedes relajar.
Y aunque sepas lo importante que es diferir el juicio o hacerle un uso creativo, tu actitud es distinta y el impacto sobre ti y los que están contigo es enorme.
Eres consciente de que en la mayoría de los casos los juicios tienen “intención de abono”.
Puede ser que una persona emita juicios sólo para molestar o bloquear… pero es muy raro que pase. Y si es el caso, lo siento señor/a pues tu juicio no me interesa y sólo habla de ti y de algún conflicto que tienes con la situación/vida - pero no me voy a hacer cargo de esto.
Repito, es muy raro que pase.
En general al ser humano no nos encanta ser malos por ser malos.
O si es el caso, es probable que estemos sufriendo mucho.
En general cuando estamos juzgando / criticando / oponiendo hay algo por debajo que nos duele o nos impide seguir.
Y es muy raro no poder darle la vuelta ni encontrarle nada constructivo detrás de un juicio.
De hecho te propongo un reto creativo desde ya.
Si lo consigues hacer y poner en práctica en tu vida (profesional y por qué no personal), seguro que en un tiempo me escribes para decirme: “qué guay este superpoder que he desarrollado”.
Estoy dispuesta a apostarlo.
Aquí el reto creativo:
Cada vez que una persona emite una crítica o un juicio, busca y encuentra - usando tu creatividad - alguna idea o algo constructivo que puedes sacar construyendo sobre este juicio. Cada vez.
Y así habrás transformado la mierda en abono.
La frase no es mía, la aprendí en las excelentes clases de Comunicación No Violenta de Pilar de la Torre y es suya.
En una próxima carta sobre los juicios, te cuento las 3 cosas que, para mi, podemos hacer con un juicio (crítica o evaluación) en una reunión o una sesión de co-creación y que permiten a un grupo ser creativo y potente.
Y si quieres formarte en facilitación para que la gente utilice su creatividad en tus reuniones o sesiones, te espero en una formación de lujo, el Taller de Facilitación en (muy) petit comité - online con 6 personas y presencial con 8 (hay una edición al año).
Si quieres contarme tus experiencias o peleas con los juicios en tu trabajo, tus proyectos creativos, tu comunicación en público o en tu vida, escríbenos a hola@in-mocion.com.
Te leeré con placer.
P.D.: Si no me conoces todavía, soy Charlotte, la creadora de in-mocion y profe también. Me apasiona transmitir lo que aprendo sobre la creatividad, aplicada de la forma que sea. Soy francesa de allí el acento francés de lo que has leído.
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