Carta #8
Juicios II - El desafío, ¿qué hacer con los p$%& juicios?

He llevado meses con el boceto de esta carta en mis páginas matutinas - ¡gracias Julia Cameron! - algún día os hablaré de su libro de rehabilitación creativa y de las maravillosas tres páginas matutinas - y por fin hoy te escribo.

Hace un tiempo empecé a escribirte sobre los juicios.
Te propuse darle una vuelta y desarrollar este super poder: ver la intención de contribuir detrás del juicio.
Esto es ya un paso gigante que puede transformar tu forma de ser como persona humana, profesional, facilitador·a o formador·a.

Dicho esto, realmente hay 3 cosas muy pragmáticas que puedes hacer con los juicios. Las abordamos en nuestro Taller de Facilitación en (muy) petit comité y en los Monográficos sobre el marco de relación y la ideación - formaciones online de lujo con mucha práctica - pero aquí paro la publicidad.

Hoy, me apetece mirar contigo estas 3 cosas, en detalle, a ver si te sirve. 

En realidad, antes de esto, haría falta dedicar un tiempo de reflexión sobre este tema: ¿qué es un juicio? ¿qué pinta tiene? ¿cómo reconocerlo? (sería otra carta, ¿por qué no?).

De momento nos vamos a quedar con esto:
Imagínate un momento en el cual estáis trabajando para generar varias ideas u opciones, estáis en lo que se puede llamar una “divergencia activa”. 
Creando. Entre varias personas.
Como tenéis conocimientos sobre la inteligencia colectiva o algunos procesos creativos, os habéis propuesto esto:
Durante unos diez-quince minutos, vamos a generar ideas sin juzgarlas.

Diferimos el juicio.
El juicio aquí se entenderá como una evaluación, una crítica, una oposición a una aportación, cualquier análisis de lo que es positivo o negativo de una idea producida.

Ok. Perfecto.
Estáis en ello.

Pero, sois personas humanas, y a pesar de todas vuestras tremendamente buenas intenciones, sale un juicio o una crítica (buena o mala).
No creo que se podrá realizar.
Es demasiado atrevido.
Lo veo muy complicado.
Este tipo de cosas.

Nos vamos a concentrar de momento en los juicios negativos - aunque los positivos tampoco son buenos porque mantienen la mente en modo “evaluación” mientras que la queremos a full en modo “generación”...

Entonces aquí, realmente, puedes / podéis hacer 3 cosas:

  1. hacer caso al juicio en seguida, os paráis, os ocupáis de este juicio,

  2. postergar, ocuparse de esto después, de momento lo ignoráis,

  3. usar el juicio para transformarlo en otra idea (el trampolín).

Vamos a ver cada opción.

Primera opción - Hacer caso al juicio en seguida
¿Qué pasa aquí?
Te paras / os paráis. Se interrumpe vuestro flow creativo.
En realidad estáis cambiando de “trabajo”. Estáis haciendo multitasking.
Estáis abordando el “qué” y el “cómo” a la vez.
En lugar de estar únicamente generando opciones, estáis generando y analizando a la vez.
Esto en realidad es poco eficaz si estáis tratando de ser personas productivas.

Y además es doloroso.
Os habéis propuesto abrir vuestra mente, ser divergentes, os habéis propuesto tiraros a la piscina, arriesgaros y una persona rompe las reglas. Analiza / crítica lo que acaba de producir otra persona (o ella misma).
Es injusto. No es “fair play” (me encanta esta expresión inglesa y no sabría traducirlo correctamente al castellano - ¿juego limpio?).
Poco a poco vais a dejar de confiar en lo que estáis haciendo.
Vais a perder mucho en creatividad.
(Paréntesis de facilitación: por eso se paga a una persona facilitadora, para que mantenga y proteja las reglas del juego acordadas al inicio. Y que use de una “autoridad generosa” (como la llama Priya Parker) y no obstante firme, para reconducir a las personas y el trabajo).

En general también, se entra en:

  • un debate

  • una conversación para convencer / seducir

  • una negociación.

Y no es el plan. No es el mismo curro.
El objetivo de este momento de ideación / generación de soluciones / divergencia activa es generar.

Ok. Pues así es. 
Primera opción, hacerle caso al juicio. Productividad, creatividad y eficacia de este momento de generación de ideas: bajísimas.
Aún así si una persona quiere seguir usándola, vale. 
Libertad total - estamos entre adultos de todas formas.
Sabemos el precio a pagar por ello.
Ahora es una elección consciente.

Opción 2 - Postergar la atención que se da al juicio
Llevo muchos años proponiendo “diferir el juicio / la crítica / la evaluación” en los momentos de generación de opciones (divergencia activa).
Me doy cuenta que ok, vale es importante frenar esta tendencia.
Pero tal vez algo tan importante como diferir el juicio es diferir la atención que le damos si aparece. Es postergar el hacerle caso.
Los juicios siempre van a aparecer, aunque sea un pelín - porque somos personas humanas. 
No podemos pretender llegar a una reunión 100% sin juicios. No somos tan naïve.
Entonces propongo esto:
un juicio sale (bueno o malo), seamos fuertes, no le hagamos p&%$ caso.

Y así ponemos nuestra energía al servicio de una única tarea de momento: generar opciones, crear el “qué”
Luego nos ocuparemos del “cómo” y de elegir con criterio.

Opción 3 (mi favorita) - Usar el juicio como trampolín
Edward de Bono lo llama el “movimiento” o el “rebote”.
La idea es usar cualquier cosa que sucede como un estímulo para construir sobre ello y transformarlo en una idea.

Lo malo, cuando juzgo una idea en un momento de divergencia activa, es que:

  • paro el proceso y hago perder tiempo a todo el mundo,

  • puedo pasar al lado de cosas importantes,

  • me concentro en los riesgos, las carencias, la pobreza de algo, mientras me podría concentrar en la riqueza, la oportunidad,

  • dejo de esforzarme en comprender a la persona que está emitiendo una idea,

  • rompo las reglas del juego acordadas,

  • no estoy poniendo mi energía en la única cosa que se me pide, proponer ideas / soluciones / respuestas,

  • en fin, freno la productividad y la creatividad colectiva.

Pero es muy normal.
Es que bueno, esta idea…
me molesta,
es distinta,
es inhabitual,
es contraria a la lógica,
es inesperada,
parece fuera de lugar a primera vista,
es compleja,

Pues aquí el rebote (o el trampolín) me invita a poner mi energía en buscar la oportunidad debajo de esto que no me gusta. 
Incluso la idea contraria es también una oportunidad.
En lugar de parar a todo el mundo, busco en mi como darle una vuelta.
O trato de bajar a esto que me incomoda, me molesta, me sorprende, intento comprender por qué. Y de allí a lo mejor puedo sacar una idea. Otra idea más.
Y entonces la idea que no me gustaba hace un rato se ha transformado en un estímulo para mi creatividad.
De hecho puede ser muy estimulante para la creatividad añadir ideas que son pura provocación y esforzarnos en construir sobre ellas, usarlas como un trampolín.
 

Cuando facilito, incluso, me gusta invitar a la gente a verbalizar esto cuando lo hacen. Construyendo sobre la idea de Paula, podríamos crear un pienso que nos permita dejar de ser alérgicos a los gatos.”


Entonces, tercera opción, usar el juicio como una oportunidad para seguir ideando.

Pues eso.
Un juicio sale, puedes elegir qué hacer con él. 
Conscientemente.
Y esto es lo importante.

Si quieres aprender a desarrollar estos reflejos y a facilitar reuniones potenciando la creatividad de las personas, hazte un bonito regalo, estudia cómo funciona la creatividad y el maravilloso arte de la Facilitación

Un abrazo lleno de trampolines,

Aquí comenzó la reflexión sobre Cómo pasé de odiar a amar los juicios

P.D.: Si no me conoces todavía, soy Charlotte, la creadora de in-mocion y profe también. Me apasiona transmitir lo que aprendo sobre la creatividad, aplicada de la forma que sea. Soy francesa de allí el acento francés de lo que has leído.

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